La Escuela de Negocios de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (Unsta) sigue marcando la pauta en la formación de líderes y emprendedores con su enfoque práctico e innovador. Como parte de su programa de MBA o de Maestría en Administración de Empresas, los estudiantes enfrentaron este sábado un desafío que puso a prueba sus habilidades de persuasión en un entorno realista: usaron la metodología del elevator pitch para presentar sus proyectos ante un jurado que los evaluó en tiempo real. La simulación de esta ronda de inversión concluyó con un "aprobado" para todos los alumnos que participaron en ella.

Con esta actividad finalizó la asignatura transversal de proyectos que se desarrolla durante los dos años del MBA y donde los alumnos transforman una problemática inicial en una idea de negocio concreto. El desenlace de esta materia consistió en la defensa de la propuesta en un pitch o discurso de 45 segundos como si sus ideólogos estuvieran ante inversores reales. El examen tenía una restricción adicional: los estudiantes no podían revelar directamente de qué se trataba el producto o servicio, regla cuyo objetivo fue maximizar el uso de herramientas de neuromanagement y persuasión.

PARTICIPANTES. Estudiantes, docentes y jurados en la foto de cierre de la experiencia del

En el Campus de la Unsta de Yerba Buena, los jurados se ubicaron en la primera fila con sus teléfonos en las manos preparados para indicar "si invertían o no" en los proyectos presentados. Los resultados eran transmitidos en forma instantánea en la pantalla con la intervención de Máximo Bulacio, director de la Escuela de Negocios, quien condujo la prueba. Los estudiantes debían convencer a los "inversores ángeles" a apostar por su idea mediante una exposición que tenía que ser impactante, ágil, rápida, clara, concisa y breve. Y, como se dijo, todo eso en 45 segundos.

La metodología del elevator pitch (literalmente, venta que se hace en el tiempo que demora un ascensor en bajar o subir) sirve para pulir las ideas hasta llegar a una exposición tan compacta y corta como convincente. Está pensada para funcionar en los intercambios rápidos típicos del networking como las pausas de café, los encuentros casuales en un pasillo o los viajes en ascensor. El pitcheo exige una gran preparación, pero su magia es que luzca como un discurso natural.

Más que un "sí o no invierto"

Los estudiantes de la Unsta pudieron observar en tiempo real el nivel de aceptación de sus propuestas. Pero más allá de saber si el jurado "había comprado sus ideas", recibieron devoluciones y comentarios por parte de los evaluadores. Uno a uno, Bulacio fue planteándoles preguntas de interés para los alumnos para que estos se llevaran algo más que un "sí" o un "no" para una hipotética inversión.

CONDUCTOR. Máximo Bulacio, director de la Escuela de Negocios de la Unsta, presenta los resultados de la

Nueve miembros tuvo el jurado de "inversores ángeles simulados": Esteban Assaf, cofundador y socio gerente en Explorer Latam VC en Metro Cúbico; Gabriel Molina, consultor de empresas y analista de negocios integrales; Irene Benito, periodista, investigadora y abogada; Martín Merlini, entrenador de emprendedores; Matías Mahtuk, director de Yumak; Esteban Buscetto, consultor en marketing integral y analista de mercados; Juan Altamiranda, gerente de Producción de Citrusvil; Manuel Courel, legislador y abogado, y Cecilia Raya, secretaria general de la Unsta.

La experiencia resultó enriquecedora para las diferentes partes. La Unsta dijo a propósito de ella que su compromiso con la formación de emprendedores y líderes empresariales seguía posicionándola como una referencia en la educación de negocios, con un enfoque que se destacaba por la capacidad de combinar teoría y práctica en un ambiente de aprendizaje dinámico y desafiante.